Cien niños de la población Lo Hermida en los bordes de la ciudad de Santiago participan en un taller de cine de la profesora Alicia Vega. En él construyen, en un ambiente de juego, los elementos que llevaron a la invención del cine, como el taumatropo, el zootropo, y realizan una película con fotogramas de papel que exhiben a su población en la forma de una cuncuna que recorre sus calles. Finalmente asisten por primera vez al cine en el centro de la ciudad, que conocen también por primera vez. Un ejercicio de creación y alegría que escapa a la opresión de la dictadura militar.