En diálogo con el estreno exclusivo en Cineteca de la última locura del cineasta francés, Coincoin et les z’inhumains, recuperamos algunas de sus anteriores películas, incluyendo El pequeño Quinquín, obra seminal del juego de absurdos y exploraciones cinematográficas por las que camina el alocado cine de Dumont: un cineasta libérrimo, pop y aparentemente ligero, pero tan preocupado por la banalidad de lo cotidiano como por el cine como un arte disfrutable, popular y gozoso. Absurdo, carcajadas y cine en estado puro.