Vitalina Varela ha esperado un billete de avión a Portugal durante más de 40 años. Cuando por fin aterriza, su marido lleva tres días muerto y enterrado. “Voy a pasar lo que queda de mi vida aquí, en Portugal”, dice Vitalina. La escena transcurre en casi total oscuridad. Los personajes se mueven despacio. Todas las imágenes parecen arrancadas del más allá. O mejor: de un lugar en el que vivos y muertos, el tiempo y el espacio, fantasía, sueño, realidad y pesadilla conviven con naturalidad. Vitalina Varela es una obra descomunal, ganadora de los premios a la mejor película y mejor actriz en el Festival de Locarno, y mejor película en el Festival de Gijón; un himno a los olvidados, a los negados, a los que no tienen voz. Un himno a Vitalina. Persona, y personaje.

NO RECOMENDADA A MENORES DE 7 AÑOS.