Es el momento de hacer las presentaciones. ¿De qué va esta historia? ¿Quiénes forman la expedición? ¿Cuál es la ruta? Después de explicar cómo ha sido la preparación y qué nos vamos a encontrar en el camino, empieza el viaje.

Tokio es el punto de partida. Daniel se va a sumergir en una de las tradiciones más surrealistas de Japón, el festival Sanja. Más tarde conoceremos un deporte que es casi una religión aquí, el sumo y Daniel recibirá una lección -literal- de lo que significa el sumo para los japoneses.

Un tren de alta velocidad nos llevará a Hiroshima, una ciudad que encarna el concepto de la paz y desde allí viajaremos a la parte más espiritual del país: la ruta sagrada de Kumano Kodo y la ciudad de Koyasan, con 120 templos budistas. Aquí la religión es flexible, como el viento entre el bambú.

La aventura nos llevará a descender en bicicleta el monte Norikura, antes de dar el salto a la isla de Hokkaido, donde tenemos nuestro primer encuentro con la comunidad de los ainus. Vistamos Furano, la ciudad de las flores y entrevistamos a un hombre que vive anclado en las tradiciones ancestrales de los ainus.

Ascendemos un volcán activo, considerado una deidad para los nativos, y a orillas del lago Akan localizamos a uno de los últimos ainus puros del país: el maestro artesano Fujito, que nos contará por qué la cultura viva más antigua de Japón está a punto de extinguirse.