TCM proyecta en Cineteca de Matadero By Sidney Lumet, un documental realizado por Nancy Buirski, cuyo estreno en España coincide con el quinto aniversario de la muerte del director de Tarde de perros, el 9 de abril de 2011. Un trabajo en el que, gracias a unas entrevistas realizadas poco antes de su muerte, el director de Antes que el diablo sepa que has muerto, va repasando su vida y analizando su trayectoria profesional.

Sidney Lumet se consideró siempre un hombre afortunado. “Trabajé en lo que quise y de la manera que quise”. Siempre vivió en Nueva York, ciudad que amaba, que le vio crecer y morir, y en la que transcurren la mayoría de sus películas. “No me siento a gusto en ningún otro sitio que no sea Nueva York. Vi caer la segunda torre gemela el 11 de septiembre de 2001 y se me rompió el corazón”. Y es que allí, en el World Trade Center, había rodado las escenas finales del musical The Wiz, su particular versión afroamericana de El mago de Oz.

En medio siglo de profesión dirigió más de 40 largometrajes, algunos tan conocidos como Doce hombres sin piedad, Network, un mundo implacable o Veredicto final. Realizó centenares de programas para la televisión y escribió infinidad de guiones, pero nunca se consideró un “autor”. “No dirijo un mensaje moral. Dirijo una obra y a unas personas y, si lo hago bien, el mensaje moral saldrá por si solo”.

Ahora, cinco años después de su muerte y gracias al documental By Sidney Lumet, podemos conocer más y mejor a este gran cineasta que fue uno de los fundadores del mítico Actor’s Studio; que sufrió en sus carnes las consecuencias de la caza de brujas y al que le gustaba retratar en sus películas a personajes rebeldes y radicales “que no es lo mismo que fundamentalistas”, aclara. Personas que se enfrentan al sistema establecido, a la corrupción y a la injusticia. A Sidney Lumet le encantaban los dramas judiciales y las películas policiacas porque para él representaban, mejor que ningún otro género, las contradicciones de América. A lo largo de su vida obtuvo cinco candidaturas a los Oscar y en 2005 se le concedió uno honorífico por su enorme contribución al cine.