Ambientada en Londres, se trata de un thriller que aborda la terrible realidad de la trata de seres humanos con fines de explotación. Anna (Naomi Watts) es una doctora que comienza a investigar el caso de una niña nacida en su hospital, cuya madre murió durante el parto. Así se adentra en el complejo y peligroso mundo de las redes mafiosas dedicadas a la trata de personas.
Aun en pleno siglo XXI, la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y laboral sigue siendo un grave problema a escala mundial. Esta película, que fue nominada a los Óscar, los Globos de Oro, los BAFTA o los César, nos habla de una grave violación de los derechos humanos y una de las formas más crueles de violencia de género que afecta a miles de personas en todo el mundo.