Ernst Schmidt Jr. fue una de las figuras más originales de la vanguardia austríaca en la década de 1960 y un eminente historiador (junto con Hans Scheugl publicó una de las primeras visiones de conjunto del cine underground). Tendría lógica, pues, que tardíamente diera a este movimiento su primer largometraje (sin contar las obras de ficción de Valie Export): puede ser la máxima expresión del enfoque siempre iconoclasta de Schmidt Jr., con la aparición de James Joyce como escenógrafo y con una lista de reparto que incluye a Charles Chaplin, Sigmund Freud, al emperador Francisco José I y a Adolf Hitler, así como artistas del momento de cualquier disciplina como Export, Otto Mühl, Ernst Jandl, Friederike Mayröcker y Arnulf Rainer. La disposición caleidoscópica de las escenas y la ingeniosa narración proporcionan una espectacular sinfonía urbana, así como una lección de historia política desde una perspectiva contemporánea en aquel momento. Por lo tanto, es también un gran documento de la percepción de una época.