Dos mujeres se encuentran en una casa de Donostia-San Sebastián, una está viva y es cineasta, la otra se llama Elvira Zipitria y murió en 1982. La cineasta pronto descubre que vive en un lugar especial: Elvira usó su propia casa para crear una escuela clandestina en euskera por más de 30 años y durante la dictadura franquista. El espacio que habita la cineasta está plagado de ecos. Pero además, Zipitria es una figura intelectual y militante clave en la cultura y política vascas durante el siglo XX. Sin embargo, su nombre no es conocido en el País Vasco. Impulsada por su propia necesidad de saber más de ella, la cineasta comienza una búsqueda para entender quién fue Elvira. No será un camino fácil, se encontrará con muchos vacíos, silencios, secretos y puertas cerradas. Debido a esto, buscará diferentes modos performativos de acercarse a Elvira, el más evidente es hacer la propia película.