Siendo fiel a su concepción del cine como espejo de una época, Mark Cousins acude a un remoto cortometraje italiano, A noi, para entender el auge del fascismo en Italia en 1922, mostrándonos cómo la política también tiene su puesta en escena, llena de trucos y de golpes de efecto. El cine, la Historia y el artificio se mezclan en una película declinada en presente, que nos recuerda que el futuro también se construye con imágenes.