Mujerón y Romina son dos inmigrantes ecuatorianas asentadas en París. En la capital francesa, entre el fatalismo y el optimismo, ambas construyen sus vidas sin alejarse de la familia que dejaron en Ecuador, a las que regularmente les envían el dinero obtenido en su trabajo: la prostitución. Dos vidas ajenas, pero unidas por una misma historia que contar.