Treinta años de muerte, genocidio y guerra civil. Y un país arrasado por el dolor. El cineasta guatemalteco Jayro Bustamante enfrenta el tabú del conflicto armado en su país natal con los códigos del cine de género. Recuperando el mito ancestral de La llorona, Bustamante, que estrenó la película en el Festival de Venecia, cuenta la historia de un general retirado que, absuelto de todos los cargos por genocidio, ha de enfrentarse a un espíritu que busca venganza. Un cuento de terror, basado en un terror demasiado real.

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