Tras 250 años de paz en Japón, los guerreros samurái de mediados del siglo XIX quedaron sumidos en la pobreza de modo que, muchos de ellos, abandonaron a los señores feudales a los que sirvieron convirtiéndose así en vagabundos o rōnin errantes: esto es, en samuráis sin amos. Mokunoshin Tsuzuki es uno de ellos. Intenta sobrevivir dignamente ayudando a los granjeros de un pueblo en las afueras de Edo (antiguo nombre de la capital Tokio). Para no perder su destreza con la espada, Mokunoshin se entrena a diario luchando con Ichisuke, hijo de un granjero. Yu, hermana de este último, los observa con un rotundo gesto de desaprobación, aunque existe una atracción tácita entre ella y Mokunoshin.
SHINYA TSUKAMOTO. Nacido en Tokio el 1 de enero de 1960, Tsukamoto Shinya empieza ya desde la adolescencia, y con tan solo 14 años, a realizar filmes amateur y experimentales con una cámara Super 8 que su padre le regala. Profundamente influido por grandes figuras del cine como Kon Ichikawa o Shohei Imamura, de los que, sin duda, hereda la ambivalencia moral y sus -tan poco maniqueos y siempre antiheroicos- protagonistas, se gradúa en Bellas Artes de la Nippon University especializándose en la pintura al óleo, aunque, poco después, su vocación profesional volverá a coincidir con el séptimo arte cuando es contratado por una productora de películas comerciales para televisión. Mientras trabaja para esta productora, Tsukamoto comienza a participar en ensayos junto con aquellos que, poco después, se convertirían en los actores y miembros del equipo de rodaje de su primer largometraje cinematográfico, Tetsuo The Iron Man (1989).
Festival de Venecia: Sección oficial largometrajes a concurso
Festival de Sitges: Mejor música (Chu Ishikawa), Sección Oficial a Competición.