El desarraigo y el sentimiento de no pertenencia a ningún lugar de las llamadas segundas generaciones de inmigrantes es el tema de fondo de esta película. La historia gira alrededor de la situación crítica de un joven magrebí, disparado por la policía. Bajo ese punto de partida vemos la vida de tres amigos del mismo barrio y tres posturas diferentes frente al mismo trágico suceso: Said, de origen marroquí, que se centra en sus trapicheos dejando de lado lo ocurrido; Vincent, judío, quiere hacer algo para vengarse; y Hubert, de origen africano, cansado del entorno opresivo que le rodea.
La película obtuvo múltiples nominaciones al Premio César de 1996 y ganó los de Mejor Edición, Mejor Productor y Mejor Película. Kassovitz fue galardonado como Mejor Director en la edición del mismo año del Festival Internacional de Cine de Cannes.