Seis rollos de alegría. Así anunciaban los carteles de 1921 los seis rollos (de película de 35mm) que componían el primer largometraje del ya por entonces mundialmente conocido Charles Chaplin. Una hora de genialidad, bondad, slapstick y maestría cinematográfica -protagonizada por el propio Chaplin y el jovencísimo Jackie Coogan- que, como sus créditos indican, es “una película con una sonrisa y, quizás, una lágrima”.