El Barro de la Revolución transcurre en el bosque tropical filipino y revela la vida por dentro, sin el mandato habitual de la cámara, de las acciones militares, sociales, políticas, afectivas y educativas de una de las unidades guerrilleras que Polo visita con su complicidad. Se trata de un proyecto compartido y solidario, que va conformando un relato en el que la cotidianidad de los deberes y las urgencias diarias adquieren una extremada relevancia política y poética. En definitiva, y desde nuestra perspectiva como espectadores, somos una vez más interpelados sobre la condición indisoluble de lo íntimo y personal en la esfera de lo político.