Grimonprez reimagina a Alfred Hitchcock como un profesor de historia paranoico, atrapado involuntariamente en una doble lectura del período de la Guerra Fría, donde el maestro del suspense dice todas las incorrecciones en los momentos más inoportunos y los políticos de ambos bandos claman por decir la verdad en directo en televisión.

Los trabajos de Johan Grimonprez oscilan entre dos propuestas prácticamente antagónicas en el plano formal pero estrechamente solidarias en el terreno crítico: por un lado, en Dial H.I.S.T.O.R.Y (1998) o Double Take (2009) encontraremos una radical apuesta formal que recurre al potencial polisémico de la imagen, unido al poder del montaje, para lanzar una mirada irónica y fuertemente crítica al rol de los medios de comunicación masivos a lo largo del siglo XX; por otra, en documentales como Shadow World (2016) el creador belga mimetiza el lenguaje audiovisual dominante para visibilizar las aterradoras conexiones entre la industria armamentística y la corrupción política.