Antes de convertirse en el gran entretenimiento popular del siglo XX, el invento del cine fue la culminación de una larga serie de logros técnicos con un objetivo muy diferente: registrar la mecánica del movimiento y estudiar la naturaleza desde un nuevo punto de vista. La tradición científica del cine se mantuvo, mezclándose con sus sueños vanguardistas, narrativos y documentales. El título del mes, Poesía de las ideas, hace referencia a un hermoso artículo de Paul Schrader sobre las películas de Ray y Charles Eames, una emocionante defensa del cine como herramienta de exploración y demostración de ideas científicas: «¿No hemos sido engañados por la creencia romántica del siglo diecinueve de que la imaginación significa o bien poder emocional o bien creación de imágenes concretas, pero siempre como metáforas? No sospechábamos que exista una poesía de las ideas».