El término post-digital ha sido retenido por la academia. Cuando se habla de lo post-digital se convocan continuamente implicaciones reaccionarias: lo digital es algo nocivo –incluso de lo que deshacerse–, lo deseable es retornar a La Naturaleza™. Por otro lado, se habla de imagen post-digital para referenciar imágenes intervenidas por el potencial de fundación radical de imágenes del digital, un potencial que desplaza lo decisivo de la imagen a su acto de recepción, al espectador, al presente. Situades en este lado de la cuerda, a nuestro entendimiento el único que posibilita un genuino progreso revolucionario, pretendemos situar esta contienda entendiendo lo post-digital no como una definición categórica sino como una interrogación panorámica en plena y constante formación.

Una vez asentado e integrado en la vida cotidiana, ¿qué nuevas fronteras asoman tras la instauración del digital? ¿Cómo reconfigura el resto de medios cinematográficos, el resto del tablero; cómo nos acercamos al resto de piezas? ¿Cómo podemos interpretar la realidad, destruirla o imaginar otras realidades posibles a través de imágenes infinitas, infinitamente mediadas –e incluso liberadas por la saturación de mediaciones? Ahora nosotres somos la condición de posibilidad de lo real, de lo posible: ya hemos creado estas preguntas, el tablero está abierto… ¿cuál será el próximo movimiento? ¿qué nos queda por crear…