En la oscuridad, nuestras sensaciones se potencian. La incapacidad de entender y reconocer el espacio en el que nos encontramos provoca que se activen nuestros instintos animales más profundos. En el subsuelo de nuestras ciudades existe un mundo invadido por la oscuridad. Parece una caverna primigenia, la misma de donde surgieron nuestras costumbres más atávicas. A través de este entramado de túneles sin luz al final nos asomamos a nuestro propio abismo. Y aunque nos sorprenda, se trata de un proceso tan vaporoso e inexplicable como lo es un sueño. “ESPACIO INTERIOR” convierte la imagen y el sonido en un descenso hacia nuestro interior donde el espacio físico se convierte en un estado mental. ¿Acaso no lo son esas instalaciones que nos empeñamos en construir bajo nuestros pies? 

AFORO LIMITADO (previa recogida de entrada en taquilla de Cineteca)

NOTA: el aforo no dispone de butacas. Las personas con movilidad reducida disponen de acceso habilitado y de un número limitado de sillas.