Cenizas indaga en el paso del tiempo, los espacios que cambian, la vida que fluye. El protagonista regresa a su pueblo natal, en una cuenca minera leonesa, e intenta acercarse a su pasado: las montañas y los árboles, las casas y sus habitaciones, el río y la estación, el puente y la iglesia..., el carbón. Su mirada, proyectada sobre todo ello, desprende un intenso sentimiento de melancolía, como si aquello fuera el fin del mundo, o por lo menos de su mundo.