Roma 1974 cortometraje documental que reflexiona sobre la arqueología de la memoria. Mis tíos, Mercedes Ruibal y Agustín Pérez Bellas, quienes me criaron, eran artistas, y mantuvieron un estudio en Roma, formando parte de una importante comunidad artística en el Trastevere, lugar de encuentro de personalidades de la cultura italiana e internacional durante los años setenta. Hace unos años, recibí como herencia unas viejas películas inéditas, en súper 8, que constituyen testimonios de gran valor histórico y personal sobre aquella comunidad.
Recorrí con la misma vieja cámara heredada, esos mismos escenarios de la ciudad de Roma, procediendo a una recuperación y una reflexión sobre aquellos “días luminosos e irrecuperables”, como los caracterizó Alberti en su autobiografía, La arboleda perdida.