Marcel Hanoun representa un caso singular en el ajetreado panorama del cine francés de los años 60 y 70. Contemporáneo de la Nouvelle Vague, sus primeras películas fascinaron a los críticos y a grandes cineastas como Jean-Luc Godard o Jonas Mekas. Pasó luego a convertirse en un proscrito, que trabajó con presupuestos irrisorios, en películas que se mueven asombrosamente entre el documental y la ficción, caracterizadas por una reflexión constante y radical sobre los mecanismos del medio cinematográfico, “la liberación del cine a través del cine” en palabras de Jonas Mekas. Durante su estancia en España, encontró un estilo único en películas deslumbrantes como Octubre en Madrid (1967), que este año podremos ver en la jornada inaugural de Documenta Madrid. Ofrecemos también su misteriosa tetralogía de las cuatro estaciones: L’été (1968), L’hiver (1969), L’automne (1972) y Le Printemps (1972), una de las obras más complejas del cineasta.