Entre la etnografía rusa y el cine abstracto, entre el experimental y la antropología, la carta blanca que Carlos Casas ha programado en Cineteca Madrid en paralelo con su exposición en Profundidad de campo, no solo permite entender su trabajo en diálogo con la historia del cine, sino que parece abrir caminos entre cines que parecen opuestos: pura etnografía experimental en la que no hay conocimiento, sino exploración, no hay retrato, sino búsqueda, no hay fin, sino camino.